15 octubre 2019

12 de octubre de 1492, ¡sin remordimientos!

El pasado sábado 12 de octubre volvimos a tomar las calles para conmemorar una de las mayores gestas que han visto los siglos y donde una vez más afloró el Espíritu Español. 


Como venimos haciendo desde nuestra fundación, realizamos ese día, en el corazón de la Catedral de Málaga, una entrega floral en señal de respeto y admiración para todas aquellas españoles(agricultores, ganaderos, clérigos, profesores, sanitarios, soldados, obreros…) que dieron su vida embarcándose en rutas y lugares desconocidos para llevar a todo el mundo los valores hispánicos.  

Finalizada la ofrenda floral, miembros y simpatizantes de nuestra Asociación, nos concentramos en la Calle Císter, a las afueras de la Catedral, donde un gran número de turistas y transeúntes, escucharon entusiasmados nuestras proclamas, poemas y discursos, defendiendo la justicia social y nuestra soberanía e identidad como pueblo.

Desde Málaga 1487, volvimos a alzar la voz gritando “SIN REMORDIMIENTOS” ante aquella hazaña, ya que hoy se hace más imprescindible que nunca el luchar por nuestra identidad, máxime cuando tanto el separatismo como el mundialismo intentan destruirla a cualquier precio. 



Ante ellos nos enfrentaremos, posicionándonos junto nuestra gente, nuestras raíces, costumbres, tradiciones y con un sentido superior de pertenencia, promulgando con orgullo la hispanidad como unidad cultural, plural y diversa de todos los pueblos que han recibido tal herencia, acompañada por supuesto, de la soberanía nacional de todas esas patrias con diversidad de su identidades culturales, espirituales, geográficas, étnicas y lingüísticas, porque allí donde estuvimos aún se mantienen costumbres, tradiciones, trajes populares, fueros y leyes o arquitectura indígena. Los hechos son valorables pero en ningún caso cuestionables. 


Somos el pueblo Ibero rodeado por romanos en Numancia.
Somos los primeros cristianos reunidos en una catacumbas por su Fé.
Somos astures entre la piedra de Covadonga y una cimitarra árabe.
Somos un muchacho burgalés que camina junto a su Señor más abajo de las tierras de Toledo buscando el choque contra Miramamolín.
Somos una Victoria hecha patrona en una tierra que hoy defendemos.
Somos un Tercio descamisado y maltrecho, pero que no se rinde.
Somos Manuela asentando una puñalada al francés en las calles de su barrio.
Somos el estudiante asesinado por la espalda cuando vendía un periódico.
Somos un joven mintiendo con su edad para marchar a Rusia.

Somos, en definitiva, herederos de más 2.500 años de civilización europea, 500 años de hispanidad y de 150 años de lucha obrera y conquistas sociales, frente al capitalismo global como “yugo” de todos los pueblos, la defensa de la identidad de los mismos.

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