Fechas fatídicas en Málaga y el resto de España con las quemas de iglesias y conventos. La II república que se presentaba como paradigma de la libertad, fue cómplice del radicalismo izquierdista ante el atentado contra la religión católica, la mayoritaria de España y su patrimonio cultural y artístico.
Estos hechos supondrían el preludio de lo que pasaría años después con la llegada fraudulenta al poder del Frente Popular en 1936, condenando al martirio y la muerte a miles de clérigos, miembros de órdenes religiosas y seglares.
Málaga tuvo el dudoso honor de ser la ciudad española más afectada durante estos lamentables sucesos. Gran parte de nuestro patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico se destruyó para siempre. No sólo hubo que lamentar la destrucción o semidestrucción de edificios, sino también las pérdidas de archivos históricos inapreciables, piezas de orfebrería, bordados, imágenes devocionales, antiquísimas pinturas y bibliotecas.
Los sucesos comenzaron pasada la media tarde del 11 de mayo y continuaron durante toda la madrugada y el día siguiente. Entre los edificios saqueados y/o incendiados figuran el Convento del Servicio Doméstico, el Convento de la Asunción, la Iglesia del Sagrado Corazón, el Palacio Episcopal, la Iglesia de la Merced, el Convento y colegio de San Agustín, el convento del Arcángel San Miguel, la Iglesia de Santo Domingo, el Convento de las Mercedarias, el Convento de las Capuchinas, la Iglesia de San Pedro, el Convento de las Adoratrices, la Iglesia del Carmen, el Asilo de San Manuel, la Iglesia de San Pablo, la Ermita de Zamarrilla, la Iglesia de San Patricio, el Convento de las Carmelitas, la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Juan, la Iglesia de San José y la de los Santos Mártires, el Convento de las Catalinas, la Iglesia de San Felipe, la Iglesia de San Lázaro o el Convento de la Esperanza y las Reparadoras.
Desde Málaga 1487 consideramos estos sucesos acaecidos en 1931 como unos de los más tristes y vergonzosos de la Historia de España, sobre todo cuando la izquierda en estos momentos, está pivotando gran parte de su discurso en el revanchismo guerravicilista y la cristianofobia del “arderéis como en el treinta y seis”.
Esto pasa mientras la izquierda enmascara su total ausencia de proyecto político coherente para España, con el revanchismo guerracivilista y la pretensión de ganar - décadas después de su finalización- una guerra que perdieron estrepitosamente, hay que añadir el papel de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el PSOE durante el mandato de Rodríguez Zapatero.
No podemos dejar de hacer mención al papel de la derecha acomplejada y cómplice del PP que no hizo absolutamente nada para derogar esta ley socialista, manteniendo una dinámica de atentados a la libertad de expresión, cambios de nombres de calles y borrar todo vestigio de instituciones, personas o hechos históricos que, por encima de filias o fobias, son parte de la Historia de España.
Una Historia que, algunos con su revanchismo, parecen empeñados en querer repetirla.
Estos hechos supondrían el preludio de lo que pasaría años después con la llegada fraudulenta al poder del Frente Popular en 1936, condenando al martirio y la muerte a miles de clérigos, miembros de órdenes religiosas y seglares.
Málaga tuvo el dudoso honor de ser la ciudad española más afectada durante estos lamentables sucesos. Gran parte de nuestro patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico se destruyó para siempre. No sólo hubo que lamentar la destrucción o semidestrucción de edificios, sino también las pérdidas de archivos históricos inapreciables, piezas de orfebrería, bordados, imágenes devocionales, antiquísimas pinturas y bibliotecas.
Los sucesos comenzaron pasada la media tarde del 11 de mayo y continuaron durante toda la madrugada y el día siguiente. Entre los edificios saqueados y/o incendiados figuran el Convento del Servicio Doméstico, el Convento de la Asunción, la Iglesia del Sagrado Corazón, el Palacio Episcopal, la Iglesia de la Merced, el Convento y colegio de San Agustín, el convento del Arcángel San Miguel, la Iglesia de Santo Domingo, el Convento de las Mercedarias, el Convento de las Capuchinas, la Iglesia de San Pedro, el Convento de las Adoratrices, la Iglesia del Carmen, el Asilo de San Manuel, la Iglesia de San Pablo, la Ermita de Zamarrilla, la Iglesia de San Patricio, el Convento de las Carmelitas, la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Juan, la Iglesia de San José y la de los Santos Mártires, el Convento de las Catalinas, la Iglesia de San Felipe, la Iglesia de San Lázaro o el Convento de la Esperanza y las Reparadoras.
Desde Málaga 1487 consideramos estos sucesos acaecidos en 1931 como unos de los más tristes y vergonzosos de la Historia de España, sobre todo cuando la izquierda en estos momentos, está pivotando gran parte de su discurso en el revanchismo guerravicilista y la cristianofobia del “arderéis como en el treinta y seis”.
Esto pasa mientras la izquierda enmascara su total ausencia de proyecto político coherente para España, con el revanchismo guerracivilista y la pretensión de ganar - décadas después de su finalización- una guerra que perdieron estrepitosamente, hay que añadir el papel de la Ley de Memoria Histórica aprobada por el PSOE durante el mandato de Rodríguez Zapatero.
No podemos dejar de hacer mención al papel de la derecha acomplejada y cómplice del PP que no hizo absolutamente nada para derogar esta ley socialista, manteniendo una dinámica de atentados a la libertad de expresión, cambios de nombres de calles y borrar todo vestigio de instituciones, personas o hechos históricos que, por encima de filias o fobias, son parte de la Historia de España.
Una Historia que, algunos con su revanchismo, parecen empeñados en querer repetirla.