19 agosto 2018

Hoy conmemoramos la efeméride más importante de la ciudad, la Toma de Málaga. En un día de agosto como este, pero de 1487, la ciudad fue conquistada por los Reyes Católicos e incorporada a la Corona de Castilla. 


Tras un sitio de cuatro meses con protagonistas tales como el calor, la falta de recursos, la sonora artillería, las incursiones de los dos bandos, Málaga cae en manos de Fernando e Isabel.

Según la tradición, la intercesión de la Virgen fue clave en la reconquista de Málaga. Una talla que tenía Fernando El Católico en su campamento apareció en sus sueños vaticinando la inminente victoria. Tras la conquista, fue donada a la ciudad y proclamada Patrona de Málaga bajo la advocación de la Virgen de la Victoria. Bajo mandato de sus Católicas Majestades se ordenaron ferias y fiestas en honor de la Patrona. Este y no otro, es el sentido real de la Feria de Málaga: Reconquista y reafirmación de nuestra identidad como malagueños y españoles.


Hoy más que nunca, cuando vemos que la misma amenaza de hace siglos, se cierne sobre España y el resto de Europa, nos reafirmamos en la defensa de nuestras señas de identidad y nuestra lucha sin tregua, frente a quienes pretenden destruirla con el multiculturalismo y el mundialismo. 

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