El pasado jueves 6 de diciembre
volvimos a alzar nuestra voz en el centro de la ciudad. En un día tan señalado
para el Régimen del 78, aparecimos para argumentar que España se sustenta en
nuestra herencia como nación y no en un listado de artículos que para colmo no
se cumplen.
La
Constitución de 1978 es tanto para los partidos de izquierda, centro y
derecha, un texto sagrado del que deriva el “patriotismo” que practican, basado
exclusivamente en la defensa de esa
Carta Magna, sin importarles lo más mínimo los características históricas,
étnicas y culturales de nuestra nación, ni los posibles cambios en el contenido
de los artículos que grupos políticos hayan efectuado y puedan llevar a cabo en
contra de los derechos e intereses del pueblo y territorio español. Ejemplos como puede ser
la independencia de una parte del territorio, acabar con el sistema púbico de
pensiones, dar prioridad al pago de una deuda contraída por unas élites
irresponsables frente a la alta financia internacional en lugar de destinarlo a
derechos sociales, etc.
En
contrapartida, para nosotros el patriotismo se funda en la defensa por la
justicia social de nuestro pueblo y no en ninguna de las decenas de
constituciones que han ido
sucediéndose en el curso de los siglos.
El patriotismo constitucional no es patriotismo, sólo la adoración y
sumisión a un articulado que puede ser contrario al bien común de los españoles
como ocurre en la actualidad.
Lo más grave
de la situación es que los propios que se denominan “constitucionalistas” no
cumplen ni tienen intención de hacerlo, con el contenido de su “libro sagrado”,
pues existen en este texto, derechos que al pueblo le son privados por el
desprecio que éste sufre por parte de esta casta parasitaria, como por
ejemplo: el derecho a la dignidad de la persona, derecho
a la vida y a la integridad física y moral, derecho a la libertad y a la
seguridad, derecho a la educación, a un sistema tributario
justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en
ningún caso, tendrá alcance confiscatorio, derecho al trabajo, derecho a disfrutar de un medio ambiente
adecuado para el desarrollo de la persona, derecho a disfrutar de una vivienda digna
y adecuada etc…
Creemos que no existe
motivo alguno para celebrar el día de la Constitución, pues la misma es la que
nos ha traído a una situación de desigualdad e enfrentamiento entre regiones y compatriotas dentro del territorio
nacional y que nuestra patria hoy en día se encuentre en peligro de extinción
ante la imposibilidad que tiene la Carta Magna de frenar el desafío
secesionista, pues nada más hay que observar su artículo 2: “la Constitución se
fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e
indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la
autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad
entre todas ellas) para concluir que introduciendo el término “
nacionalidades” lo que se busca se buscaba era contentar a los separatistas y
que éstos puedan usar dicho artículo como “arma arrojadiza” y conseguir en un
futuro la desaparición de nuestra nación.
¡Frente al
constitucionalismo, nuestra herencia como nación!
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